He querido escribir hoy para compartir con
todos y todas vosotras en esta magnifica emisora “Radio Mantra” y en este
importantísimo programa “Voces del Nuevo Mundo", lo que sigue:
¿EL 23 DE SEPTIEMBRE EL
FIN DEL MUNDO?
¡No lo creo! Y no lo creo por el hecho de que
yo lo sepa, porque no lo sé, sino por el hecho de que tengo absoluta fe en
Aquel que dijo: “Solo el Padre conoce el
Día y la Hora”, por lo tanto estos hombres de esta Tierra martirizada por
su maldad, que no están en sintonía con el Padre/Madre, o como lo llaman ellos,
DIOS, no pueden saber de ningún modo ni el día ni la hora.
¿El 23 de septiembre el Fin del Mundo?
Así de sencillo no creo que sea fácil hacer
una predicción tan fundamental. Más bien parece una predicción simplista e
ignorante, de aquellos que desean sacar rentabilidad de ese día:
Por un lado: Los “proféticos falsos” añadirán más reses a sus ganados ciegos y
sordos, obedientes al “jefe de tribu” que con falsa humildad se autoproclama
“heredero de la verdad”, llevando así a la perdición, su alma y las almas de
los demás.
Por otro lado: Los fanáticos oscurecidos, adoradores de sus propios egos y de aquel
que los dirige, o sea el príncipe de este mundo que no es otro que
Lucifer/Satanas, (dos entidades unidas con programas diferentes); pues bien
estos fanáticos oscurecidos por el egoísmo más sutil, casi imperceptible pero
más negro que el carbón, sacarán sus réditos, sacarán y vaciarán los bolsillos
de los incautos, vaciarán las despensas de alimentos de los irresponsables,
vaciarán las esperanza de las almas deseosas de justicia universal, dejarán
secos como desiertos, los Espíritus que ya no son capaces de conectar con sus
Inteligencias para poder discernir bien el Programa Divino.
Entre los unos, los “proféticos falsos” y los otros “los fanáticos oscurecidos” circulará la energía caótica de una fe
inconsistente, dedicada a ensalzar solo el valor material, cuando lo que
importa es el Valor Espiritual.
Y así, la ceguera y la sordera de esta maldita
raza humana degenerada, crecerá.
A estos hay que añadir, todos aquellos y todas
aquellas que invocan mantras pensando que solo así sanarán los males de esta
Tierra. ¡Pobres ignorantes! ¡Más que mantras deberían aprender a desarrollar
OBRAS!
Porque es cierto, y todos lo sabemos, que los
rezos, las oraciones, las meditaciones, las concentraciones, son sacos rotos,
muy rotos, si no se opera, si no se obra, si no se ayuda, con EFICIENCIA al
prójimo, que como vemos todos los días, sufre, muere, y necesita ayuda REAL
para poder sobrevivir y conservar los Valores Eternos del Espíritu ante tanta
desesperanza y desesperación.
Pero es cierto, ciertísimo sin falsedad, que
el Final de esta malvada y degenerada civilización ya tiene su día y su hora.
El Cosmos ha dejado de apoyar tanta bajeza y
maldad de estos seres terrestres, y queda demostrado en la reacción de los 4
Jinetes del Apocalipsis, que como bien dijo mi amigo y hermano, (además de algo
más), Eugenio Siragusa, son los 4 Elementos Fundamentales de la Creación: “El Agua-
La Tierra- El Aire y El Fuego”.
Estos 4 Caballeros
imparables, son los constructores, o los destructores de civilizaciones
enteras, como ha sucedido repetidas veces sobre la piel de esta Tierra.
Son destructores, como en este tiempo de fin,
cuando no son respetadas dichas Leyes Cósmicas que son la base de la Evolución
y la Prosperidad. El resultado es más sufrimiento y más muerte.
Son constructores, cuando son respetadas las
Leyes Cósmicas de la Vida, de la Justicia, del Amor y de la Fraternidad
Universal, que dan como resultado la Paz y la Felicidad de una existencia sana
y evolucionada.
Miles de millones de civilizaciones en el
Cosmos lo saben, y practican estas Leyes.
Son llamados por los hombres y mujeres de este
mundo: “Extraterrestres”, pero en
realidad son Los Ángeles de Dios y
sus incontables Milicias Celestiales,
y algunos de Ellos, Seres Astrales provenientes del Sol, están en contacto con
algunos humanos para advertir, amonestar, aconsejar, y promover, un acto de
humildad que podría salvar de la Muerte Segunda a muchas almas. Este Acto de
Humildad es: EL ARREPENTIMIENTO.
¡Arrepentiros! ¡Sí, arrepentiros, aunque os
suene grandilocuente la palabra! ¡Arrepentiros, porque es verdad que El Apocalipsis lleva ya muchos años en curso,
por haber martirizado, hasta el mayor extremo, al portador de la Ley del
Amor, hace 2000 años, Jesús personificador de CRISTO; y no solo por esto, el
Apocalipsis está en curso porque esta humanidad, y me refiero a la de hoy en
día, rechaza y sigue rechazando cada día esta Ley de Dios; no olvidéis nunca
que fue CRUCIFICADO, CLAVADO EN UNA CRUZ.
¿Cómo podría un Dios
Justo dejar sin respuesta a un hecho tan malvado, tan demoníaco, tan
satánicamente anticrístico?
¡El Apocalipsis está en curso! ¡Esta es la
realidad!
¡El Día y la Hora solo Dios la conoce, y
cuando llegue, atrapará por sorpresa, a muchísimos y muchísimas con las manos
dentro del saco! ¡No tengan ninguna duda sobre esto!
Esto es lo que he querido escribir para
vosotros y vosotras, que aún tenéis alguna esperanza de cambiar y de
arrepentiros, porque los Poderosos de este Tiempo maldito ya están condenados
por no hacer, lo que en Justicia, sería justo que hicieran; pudiéndolo hacer no
lo quieren hacer.
¡Esta es su terrible culpa!
Esto es lo que he querido escribir para
vosotros y vosotras, porque es verdad que Lucifer y Satanás tienen muchos
servidores, muchos falsos profetas y
fanáticos oscurecidos, que os querrán, de un modo u otro llevar a la
perdición.
Esto es lo que he querido escribir, y sinceramente
no me importa lo que los demás piensen o digan, me persigan o me insulten, me
acusen de lo que quieran acusarme; lo he debido de hacer porque realmente amo a
mi prójimo como a mi mismo, y al Padre Mío por encima de todo lo demás. Amo
cumplir, lo mejor que puedo, Su Ley de Redención y de Purificación.
Vuestro amigo, o como queráis definirme,
Antonio Pastor L. amigo del Ancestral Reunificador.
Vellisca, 22 septiembre 2017-. Hora .....
(Aquellos o aquellas que necesiten alguna
aclaración pueden dirigirse a mi correo electrónico antoniopastor555@gmail.com,
tendrán mi sencilla y fraterna respuesta).